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Jose Navarro
Ver galería >Un viaje de 14 años en noventa minutos. El pitido final del árbitro fue el inicio de una euforia que la ciudad necesitaba. El Hércules disipó todos sus fantasmas y volvió a vivir en su propia piel la ilusión de subir de categoría. Y en todos los aficionados blanquiazules está la fantasía de festejar frente a la Plaza de Luceros con los suyos, juntos y en armonía. Más información...
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