El profesor José Vicente Candela Valero abrió ayer en La Calahorra la primera de las tertulias organizadas por las Cátedras Misteri d´Elx y Pedro Ibarra de la Universidad Miguel Hernández. Como experto en cine (presidente del Cine Club Luis Buñuel, responsable de la programación de los cines Odeón y colaborador habitual del Festival de Cine Independiente de Elche), expuso con brillantez el pasado y el presente de la oferta cinematográfica en Elche.

Recordó tiempos de esplendor cuando Elche llegó a contar con 11 salas. A partir de los años finales de la década de los setenta se produjo una desaparición paulatina, al tiempo que nacían los primeros minicines. El punto de inflexión tuvo lugar en el año 2004, cuando la ciudad prácticamente se quedó sin la opción de "ir al cine", salvo en las once salas inauguradas en L'Aljub en el año 2003. En estos momentos, concluyó el ponente, la oferta cinematógrafica con la que contamos los ilicitanos está por encima de otras ciudades de su rango y puede resumirse en seis modalidades: los éxitos de la temporada (L'Aljub); cine de autor (español, europeo, latinoamericano o independiente norteamericano) en los cines Odeón; cine en versión original procedente de festivales (Cine Club Luis Buñuel, con 35 años de existencia y unos 200 socios en la actualidad); la llamada Sala B del Cine Odeón, que proyecta ciclos de cine mudo con música en vivo o ciclos de cine en valenciano; la oferta del Festival de Cine Independiente de Elche y sus diez días de proyecciones de las películas presentadas; y, por último, una oferta de cine de verano al aire libre que se está afianzando en barrios y pedanías.

Los tiempos han cambiado, desde luego, pero los aficionados al cine seguimos contando en nuestra ciudad con el inmenso placer -y personas como José Vicente Candela Valero lo han hecho posible-, de que una película pueda hacernos pensar y disfrutar. Que falta hace.

Miguel Ors Montenegro (*) es director de la Cátedra Pedro Ibarra de la UMH de Elche.