Opinión

En recuerdo de Vicente Bernabeu Plaza

Vicente Bernabeu junto a la Dama de Guardamar.

Vicente Bernabeu junto a la Dama de Guardamar. / INFORMACIÓN

Ha fallecido, a los 86 años, Vicente Bernabeu Plaza, quien fuera durante muchos años el restaurador del Museo Arqueológico Provincial de Alicante, hoy el MARQ. La práctica totalidad de su oficio lo desarrolló en unos tiempos de recursos precarios, modestos, en una habitación situada en un extremo del ala de la planta baja del Palacio Provincial cuya superficie total no sobrepasaba los 250 m2. El sólo acometía la delicada tarea de recomponer y conservar, con muy buen oficio, la magnífica colección arqueológica que custodiaba la institución. Le tocó en suerte, y así lo manifestó siempre, restaurar, a finales de los años 80 del siglo pasado, la Dama de Cabezo Lucero de Guardamar del Segura, devolviendo la forma humana a los fragmentos recuperados. Gracias a su mano, y a las precisas y rigurosas indicaciones de Enrique Llobregat, su descubridor y entonces el director, hoy podemos contemplar una de las esculturas más importantes de la cultura ibérica peninsular, hermana de la Dama de Elche, no solo por su semejanza formal, sino porque ambas fueron talladas en la piedra de la misma cantera y con pocos años de diferencia. El reconocimiento a su entrega por esta pieza ha quedado permanente con la dedicación de una calle a su nombre en Guardamar del Segura, en cuyo término municipal se situó la necrópolis ibérica donde en su día, quizá como urna funeraria, estuvo emplazada la Dama.

Recordaremos a Vicente Bernabeu como excelente compañero en las campañas de excavación, en Crevillente, Guardamar, El Campello, la Albufereta de Alicante, entre otras. Encargado de la intendencia, como parte de su cometido, el duro trabajo bajo el sol abrasador del verano quedaba aliviado por la atención que prestaba a los estudiantes y voluntarios, procurando que no faltaran las herramientas o la necesaria sombras, que estuvieran bien alimentados con un copioso almuerzo y además amenizando las tareas con innumerables anécdotas e historias relatadas con su particular humor y retranca.

Su labor profesional no se limitó a la restauración de objetos muebles, sino que también intervino en la consolidación de los restos constructivos del Tossal de Manises bajo la dirección del Museo Arqueológico en la década pasada de los 80. Gracias a aquella intervención se detuvo, en gran parte del yacimiento, la brutal degradación del yacimiento, cercado y amenazado por los edificios de apartamentos que crecían a gran velocidad a su alrededor.

Vicente se consideraba orgulloso hijo de Alicante; residía en su corazón, el barrio de Santa Cruz y nunca olvidó su lengua materna, el valenciano. Tenía verdadera pasión por la historia antigua, en particular por el mundo ibérico, del que se sentía descendiente, y que revivía modelando recipientes cerámicos y forjando espadas.

Se jubiló en 2003, por lo que disfrutó poco tiempo las magníficas instalaciones de la nueva sede del Museo en el Hospital de San Juan de Dios. Pero pudo mostrar con orgullo a su majestad la Reina Dña. Sofía, el día de la inauguración, su nuevo taller de restauración, amplio, luminoso, rodeado de modernas máquinas e instrumentos de trabajo. Buen colofón a su gran contribución a la conservación de nuestro patrimonio histórico-arqueológico.

Desde su despedida laboral, el contacto con el museo ha sido constante, bien es cierto que en los últimos años algo más esporádico. Pero nunca se perdía las inauguraciones de las exposiciones. Además del recuerdo y de su obra como restaurador nos queda también su extraordinaria colección de juguetes. Más de 1322 piezas que disfrutaron los niños y niñas de gran parte del siglo XX e inicios del anterior y muchas de las cuales fueron fabricadas por la industria alicantina. Algunos juguetes se exponen en las Sala de Historia Moderna y Contemporánea.

Vicente Bernabeu se ha ido confortado por su familia, Matilde su esposa y sus hijas Isabel, Matilde y su hijo Vicente, a los que expresamos nuestro duelo. Como los admirados antepasados iberos también su cuerpo se convertirá en cenizas. Descansa en Paz.